El tiramisú es uno de los postres tradicionales más populares, que especialmente gusta a los amantes del café.
La receta original de este postre italiano se elabora con bizcochos de soletilla, café y mascarpone. También se utiliza huevo, azúcar y vino de marsala (un vino italiano muy dulzón, similar al Oporto).
En esta ocasión, haremos un tiramisú casero sin huevo y sin alcohol. He decidido no incluir alcohol en la elaboración de esta receta ya que, de esta forma, podrán disfrutar todos de ella, incluso los más peques.
El huevo forma parte de multitud de recetas de tiramisú, sin embargo, también he decidido prescindir de este ingrediente ya que, de esta forma, se podrá conservar el postre durante más tiempo. Aunque en esta receta suprimimos estos dos ingredientes, que parecen indispensables para hacer un buen tiramisú, el resultado final es exquisito.
Necesitaremos bizcochos de soletilla o similares. Estos bizcochos son ideales para realizar esta receta ya que son muy consistentes y sólidos, por lo que no se espachurrarán con facilidad al ser remojados en café.
También necesitaremos nata y queso en crema o queso mascarpone. Podemos utilizar cualquiera de ellos, sin embargo, debemos tener clara la diferencia entre uno y otro. Aunque mucha gente los confunde, lo cierto es que se tratan de dos tipos de queso diferentes. La receta tradicional de tiramisú dicta que debe hacerse con mascarpone, un tipo de queso italiano más cremoso que el queso crema, ligeramente ácido y con un regusto dulzón. El queso crema estándar es más ligero y tiene un punto más acido. Al igual que en todo, la elección de uno u otro es cuestión del gusto personal de cada quién. En esta ocasión me he decantad por un queso en crema, estilo Philadelphia, ya que, de esta forma, contrastará el amargor del queso y el café, con el dulzor del resto del postre.
También utilizaremos café y cacao en polvo. El café es parte indispensable de esta receta, por lo que utilizaremos nuestro favorito. Recomiendo que sea uno bien aromatizado. El cacao que utilizaremos será cacao en polvo puro sin azúcar. La canela es opcional, pero si somos de los que amamos ese toque de sabor y aroma tan distintivo de esta especia, debemos tenerla a mano, ya que esta receta es una ocasión perfecta para utilizarla.
Para adornar el tiramisú utilizaré hormigas de chocolate. Como todas las recetas, el tiramisú es personalizable, y, a la hora de adornar debemos tirar de preferencias personales. Otras opciones populares para adornar el tiramisú son cacahuetes con chocolate, crocanti de almendra o unas hojas de menta.
Ingredientes para hacer tiramisú casero
- 400 ml aprox. de café frío.
- 500 gr de bizcochos.
- 250 gr de queso en crema estilo philadelphia.
- 400 ml de nata.
- Azúcar blanco.
- Cacao en polvo puro sin azúcar.
- Canela en polvo (opcional).
Receta de tiramisú casero
1. Preparamos el café para el tiramisu
Primeramente, preparamos en torno a 400 ml de café bien cargado. Trabajaremos con él en frío, por lo que, si queremos agilizar el proceso, tras preparar el café, lo introduciremos en el frigo hasta que enfríe. Seguramente no utilizaremos tanta cantidad, pero es preferible que sobre, que no que falte.
El café será necesario para empapar los bizcochos del tiramisú. Es preferible utilizar café frío precisamente, porque de esta manera, corremos menos riesgo de que los bizcochos se rompan al empaparlos que si lo utilizamos caliente.
Colocamos el café en un cuenco amplio y ligeramente hondo. En esta ocasión, he utilizado un plato con esas características.
Añadimos un par de cucharadas de azúcar blanco y removemos hasta que éste quede completamente disuelto en el café y reservamos.
Como toque opcional, podemos añadirle a esta mezcla un toque de canela en polvo.
2. Preparamos la crema para el tiramisu
En primer lugar, montaremos la nata. En un bol hondo, colocamos la nata y añadimos 150 gr de azúcar. Con una batidora de mano, batimos a velocidad media, hasta que ambos ingredientes queden perfectamente mixturados. Este proceso nos llevará en torno a 4 minutos. La nata deberá adquirir un aspecto más voluminoso, que es lo que caracteriza la nata montada, ya que le incorporamos aire.
En un cuenco aparte, colocamos el queso estilo Philadelphia y añadimos 100 gr de azúcar blanco. Debemos utilizar un recipiente suficientemente amplio, ya que, luego añadiremos la nata. Batimos el queso y el azúcar hasta que ambos ingredientes queden perfectamente mezclados.
Añadimos la nata montada al recipiente del queso, y, con ayuda de unas varillas para mezclar, removemos todo hasta que quede perfectamente mixturado.
Esta crema debe tener un aspecto manejable, cremoso y homogéneo.
3. Preparamos la base del tiramisu
Empaparemos los bizcochos en el café y los colocaremos en un recipiente grande y hondo. En este caso, he escogido una fuente honda de cristal.
Empapamos uno por uno los bizcochos en el café. Con un par de segundos por cada lado será suficiente. Al sacar los bizcochos del café deben estar húmedos, pero rígidos, no deben deshacerse.
Conseguir ese punto, no es sencillo y tal vez no lo consigas a la primera, pero siguiendo las anteriores indicaciones es muy probable que te queden bien.
Es posible que los bizcochos no encajen a la perfección en el recipiente que escojas para hacer el tiramisú, por lo que tendrás que partir los bizcochos. Es importante que no queden huecos, tal y como se muestra en la fotografía, pero tampoco deben ir muy apretujados.
4. Añadimos una capa de crema
Añadiremos una capa de crema sobre la base de bizcochos mojados. Para extender la crema utilizaremos una espátula, un cuchillo de punta redonda o una cuchara. Es recomendable añadirla sin presionar mucho los bizcochos al extenderla, tratando que quede lo más homogénea posible.
5. Añadimos una segunda capa de bizcochos
Repetiremos el proceso y añadiremos una segunda capa de bizcochos. Empapamos los bizcochos en el café uno por uno y los colocamos sobre la capa de crema.
Es importante que los coloquemos sin presionar demasiado, pero siempre atentos a no dejar ningún hueco descubierto.
6. Añadimos una segunda capa de crema
Añadimos una última capa de crema, repitiendo el proceso y tratando de no presionar mucho.
7. Terminando el tiramisú casero 🙂
Con ayuda de un colador, espolvorearemos cacao por la parte superior del tiramisú. Es importante utilizar un colador ya que, de esta forma, tamizaremos cacao. De esta forma, evitaremos la formación de grumos y lo repartiremos todo de una forma más homogénea y sin sobrecargar el postre.
8. Recomendaciones personales finales
El tiramisú es un postre que gana con el paso del tiempo. Lo ideal es, que, una vez hecho, pase al menos una noche en la nevera reposando. De esta forma, se asentarán los sabores y el resultado será mucho mejor.
Antes de servirlo, podéis espolvorear una segunda capa de cacao por encima y acompañarlo de hormiguitas de chocolate.
Otras opciones para decorar el tiramisú son canela espolvoreada, conguitos o nata montada.